El libro que el lector tiene en sus manos no es un comentario exegético, ni un ensayo más, ni un relato de ficción, ni un tratado espiritual sobre el evangelio de san Juan, aunque pueda llegar a contener algo de todo eso. Se acerca más a la recreación literaria en línea de mi anterior libro Las palabras calladas: Diario de María de Nazaret, que obtuvo una excelente acogida y numerosas ediciones y lectores. El propósito de este libro, situado en la fronteras de la creación literaria, la exégesis y un tímido acercamiento a la vivencia mística, intenta barruntar qué sentiría Juan, el amigo de Jesús, al reclinar su cabeza sobre el pecho del Maestro a partir de «las palabras vivas», conservadas en el evangelio más sugerente y profundo que ha llegado a nosotros. Viene a ser desde la ficción, muy respetuosa con los textos sagrados, un comentario de Juan escrito por el propio Juan.