¡Vamos, atrévete! Que no se te ocurra quedarte sola en casa la noche del sábado sólo porque tu amigo no te llama desde el miércoles. Plántate en su casa con zapatos de aguja, envuelta en un abrigo de pieles... sin nada debajo. O bien, afila tus garras y sal de caza; hay muchos más allí donde conseguiste a ése... y algunos incluso más guapos.