El diseño de trabajo constituye un área de investigación que ha adquirido un notable relieve en los últimos años. El interés por el tema ha desbordado el ámbito académico y tanto empresarios como sindicalistas, desde ópticas distintas, se han preocupado por su problemática especialmente durante la década pasada. Los empresarios han visto en la modificación del contenido del trabajo una forma de recuperar el consenso y han tomado conciencia de que uno de los factores que influencian de manera más penetrante las actitudes, la motivación y la conducta de los individuos en el trabajo es el propio diseño del mismo. El sindicato, y especialmente el de nuestra órbita cultural, ha visto en la conquista de una “nueva forma de trabajar” un terreno de confrontación fructífero que permite el establecimiento de equilibrios más avanzados y experiencias políticas nuevas.