Desde tiempos remotos uno de los problemas que suscitó el interés de la mente humana fue el de las figuras geométricas, sus formas, las relaciones de unas y otras, los valores de las longitudes que las determinaban; sus áreas y volúmenes fueron objeto de estudio en las civilizaciones de la Antigüedad. Aristipo va a parar tras un naufragio a orillas de la isla de Rodas. Allí encuentra dibujadas en la arena unas figuras geométricas, e inmediatamente se dirige a sus compañeros exclamando con alegría: «¡Ánimo, que veo huellas de hombre!».