A pocos kilómetros de Ciudad Real nos encontramos con un paraje muy utilizado por los ciudarrealeños para aliviarse del estrés urbano y pasear, correr, jugar con los retoños o saborear los amores primeros. Se le conoce como La Atalaya, ya que desde su cima se recorren 360º sin que la mirada tropiece en nada que no sea un lejano horizonte donde se junta un cielo, casi siempre azul, y una tierra hermosamente llana. La vegetación, aunque muy degradada y poco cuidada, es sorprendentemente rica en especies. En esta obra recogemos una mínima parte de estas especies. Quizás sean las más comunes, las que estamos hartos de ver y a las que no prestamos la menor atención cuando pasamos a su lado. Queremos llamar tu atención sobre su escondida belleza, su humildad, la fugacidad de su floración y la riqueza que supone poder admirarlas. Tal vez, convencidos de que los paraísos son siempre lejanos, no sepamos apreciar lo que nuestro estorno inmediato nos brinda a diario. La obra, profusamente ilustrada a todo color, recoge una dilatada selección de esta flora, con su denominación científica correspondiente y una completa descripción.