A imagen de la antología que hace cien años preparó Marcelino Menéndez Pelayo, que reunía las cien mejores poesías de la lengua castellana, atendiendo sobre todo a su gusto personal, el poeta Luis Alberto de Cuenca coordina una nueva selección más acorde a los gustos contemporáneos. Con la ayuda de otros escritores y críticos ha elaborado una nueva antología que rescata poetas injustamente olvidados y, apartándose del camino trillado, descubre a los ojos del lector parcelas sorprendentes de los autores consagrados como clásicos.