Los Ejercicios ignacianos desean quitar de sí todas las afecciones desordenadas para que todas las intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas al servicio de Dios y bien de los prójimos. Pero san Ignacio sabe que este objetivo no es nada fácil. Como maestro de discernimiento, Ignacio articula toda una pedagogía para ordenar a la persona que quiere seguir al Señor. Y no le ayuda solamente a abandonar el pecado, sino que le pide purificarse de su bien aparente, de la ambivalencia espiritual. Pues la afección desordenada, que es un engaño bajo apariencia de bien, impide el verdadero seguimiento de Cristo en cualquier forma de vocación cristiana. Hoy podemos leer los Ejercicios con la ayuda de la psicología, mediante un enfoque interdisciplinar que confirma las grandes intuiciones ignacianas y que proporciona nuevas herramientas para discernir mejor y para "quitar de sí" estas afecciones desordenadas en nosotros y en los demás. La segunda edición, revisada y aumentada, de este libro confirma el enfoque de la primera con abundantes textos ignacianos y con muchas observaciones existenciales; además, ofrece un texto más ágil y nuevas aportaciones pedagógicas, como el capítulo dedicado a "quitar" dichas afecciones. Luis María García Domínguez, SJ (Oviedo, 1950), es licenciado en Teología y en Psicología (Universidad Gregoriana) y ha sido formador en las etapas de Noviciado y Juniorado. Se ha dedicado al estudio y a la práctica de los Ejercicios espirituales, al discernimiento vocacional y al acompañamiento espiritual, áreas sobre las que tiene importantes estudios, entre los cuales cabe destacar: El libro del discípulo: el acompañamiento espiritual y La entrevista en los Ejercicios Espirituales (publicados en esta misma editorial). Actualmente es profesor en el Instituto de Espiritualidad de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid.