Beatriz, una mujer que, en plena crisis en su vida, se embarca en un viaje interior y una búsqueda en el desconocido pasado de sus orígenes. Amadeo, un hombre profundamente herido por una tragedia familiar. Ricardo, un antiguo traficante de hachís en el Estrecho de Gibraltar con una sombra en su interior que oculta tras de una aparente seguridad en sí mismo. Los tres conforman un triángulo en el que los acontecimientos se irán entrelazando hasta mostrar la fuerza de los sentimientos, la incapacidad para dominar las obsesiones y hasta dónde nos pueden conducir. La impronta del pasado en la psicología de los personajes y, a la vez, el enorme poder de superación y afán de felicidad del ser humano; el pasado, un retrato de la España rural del siglo XX, donde la historia de nuestro país se mezcla y marca la de sus habitantes con sucesos, algunos trágicos y brutales, que conforman el origen que desea conocer Beatriz para hallar su lugar. El poder de la moral religiosa, la sumisión de la mujer en la asfixiante vida familiar del pueblo, la supervivencia durante la postguerra, las matuteras y el contrabando con Gibraltar, la belleza salvaje y a la vez generosa del valle del Genal, que es otro protagonista en la historia de ese pasado, crean la metáfora de una música nostálgica de todo lo que fuimos, la raíz de lo auténtico, el mundo duro en el que los hombres y mujeres luchan contra las adversidades con la fuerza y determinación de quienes cambiaron nuestro país. «Juana Ríos, y todas las voces que con ella viajan, han venido para quedarse. Presten atención, flotan en el aire matices sensibles y letras estetas. Abran, por favor, el telón de esta historia con el ritual que merece». Juan Laborda