La historia de Guadalcanal, población situada en el norte de la provincia de Sevilla, no puede desligarse de la Orden de Santiago y de Extremadura, a cuya jurisdicción y espacio geográfico perteneció desde 1246, momento en que tras la rendición de la villa y alcazaba de Reina, se incorpora a la Extremadura leonesa y a la Orden de Santiago en su provincia de León, hasta 1833, en que se suprimen las ordenes militares y Guadalcanal se segrega de Extremadura para incorporarse a la provincia de Sevilla. Este es el período que estudia el autor en el que tendrá una especial incidencia la existencia de minas de metales preciosos, la emigración a Indias y la venta de parte de las rentas de la villa al Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla.