Dentro del confuso universo de una producción literaria compleja e impregnada de autobiografismo, La vida de Rubén Darío escrita por él mismo posee el innegable mérito de contribuir a la creación de un “espacio autobiográfico” dariano, pues se convierte en la llave maestra que nos permite comprender cómo convivieron durante cuarenta y nueve años los dos Daríos: la persona y el personaje; el hombre que vivió siempre en lo cotidiano y el poeta que nunca renunció a la eternidad.