La primera parte señala las principales características de la posición de la Unión Europea en relación con la nueva Agenda de Desarrollo post-2015. Pueden resumirse en el principio de universalidad y la diferenciación en base a las circunstancias nacionales; la necesidad de una agenda transformadora que integre las tres dimensiones del desarrollo sostenible; y, por último, el principio de responsabilidad, aumentando la transparencia y la revisión efectiva de los progresos realizados. La segunda parte identifica las principales semejanzas y diferencias en cuanto a la especialización geográfica e instrumental entre la Unión Europea y la Cooperación Española. Asimismo, señala algunos aspectos sectoriales que podrían conducir a considerar que España puede especializarse en ellos y mostrar cierta “ventaja comparativa” como donante.