Un enamorado de la literatura y de la vida, entomólogo aficionado, discurre sobre el coleccionismo, los coleccionistas y el sentido de la mesura. Nuestra propia manía clasificadora nos llevará a pensar en Jünger y Nabokov. Pero si realmente quisiéramos encasillar al autor, más bien integraría el selecto grupo de quienes reflexionan sobre las cuestiones humanas desde una intimidad periférica, observando con humor los aspavientos ajenos mientras disfrutan de un apacible retiro en Bargfeld, Comiso, Llofriu, Santanyí… o Runmarö, saboreando la prosa de D. H. Lawrence, Kundera y Chatwin.