Dos actitudes ante el texto original marcan la relación de Borges con Homero y Virgilio: el «oportuno desconocimiento del griego», por un lado, y la «nostalgia del latín», por otro. Si todo texto es un texto referible a otro, si en todo texto cabe encontrar un texto previo o subterráneo, e incluso en el primigenio es posible hallar los posteriores, las obras de Homero y Virgilio desempeñan aspectos complementarios en lo que a la práctica y la teoría de la traducción borgiana se refiere. El fenómeno de la traducción en Borges no tiene que ver con el material traslado de una lengua a otra, sino con una idea mucho más profunda y compleja que implica, ante todo, el carácter proteico de la literatura. Desde este punto de vista, la traducción no sería más que la propia literatura, la incesante literatura.
