La tecnocracia o gobierno de los técnicos es un fenómeno característico del último siglo de nuestra historia. Sin embargo, el desempeño de una técnica determinada en la función pública es un rasgo del hombre político que siempre se ha manifestado a lo largo del tiempo. Fue a raíz de la crisis financiera de 1929 cuando surgieron nuevos teóricos que postularían una creciente profesionalización en las tareas gubernamentales, gestionadas por expertos. El intento por equiparar la actuación de aquellos gabinetes con los criterios de industriales e ingenieros, sentó un precedente para dotar a la Administración de un sentido empresarial en su funcionamiento. El desarrollo y la aplicación de estas ideas en el mundo hispánico, coincidiendo con el período de entreguerras y la posterior bipolarización internacional, originaron modelos propios. La pretensión de conciliar los presupuestos de la hispanidad tradicional en la concepción de la sociedad y del Estado con la modernización económica, fue uno de los objetivos que se desgranan en estas páginas a partir de varios casos particulares. La retrospectiva en otras épocas como fuente de inspiración acabaría por articular distintos sistemas tecnocráticos, adaptados a cada espacio y circunstancia, pero con un fundamento ideológico compartido, como bien analiza esta obra.