Alberto Campo Baeza escribe sobre sus aspiraciones, sus fuentes de inspiración y el disfrute intelectual que le produce la pintura, la poesía o, cómo no, la arquitectura. Así, cuando Alberto Campo Baeza declara intento hacer una arquitectura esencial, radicalmente hermosa, con la profunda belleza procedente de la verdad, lo hace desde la admiración a cómo lo lograron Velázquez y Goya, Rothko o T. S. Elliot. Sus reflexiones muestran la inspiración que provoca, por ejemplo, el blanco certero en las obras de Velázquez que, igual que una arquitectura blanca y sencilla, es capaz de conseguir todo con casi nada.