En los siglos XVI y XVII, el sistema de sucesión castellano se basa en el principio de igualdad, lo que implica una división de los patrimonios. Cabe plantearse cuál es el destino de una propiedad campesina sometida a una partición continua. La obra revela los mecanismos de constitución y transmisión de un determinado número de patrimonios campesinos situados alrededor de Pozuelo, un pueblo de Castilla la Nueva, cerca de Madrid. El estudio de las estrategias utilizadas permite analizar los mecanismos de una sociedad campesina dinámica que, con un escaso interés por los individuos, se preocupa ante todo por dar al grupo familiar los medios para perpetuarse y conservar el patrimonio que garantiza su supervivencia.