Pese a la abundante bibliografía en materia concursal, pocas obras han abordado el estudio de la liquidación concursal, fase especial que se abre en más del noventa por ciento de los procedimientos. La obra lleva a cabo el estudio global y sistemático de los efectos que produce sobre la sociedad de capital en concurso la apertura de la fase de liquidación, incluyendo los efectos generales de la declaración de concurso que resultan aplicables a esta fase especial. Dicho análisis se realiza diferenciando entre los efectos que se desencadenan frente a cualquier deudor, sea persona natural o jurídica, como la suspensión del ejercicio de las facultades de administrar y disponer sobre su patrimonio o la apertura de la sección de calificación, y los específicos de las sociedades mercantiles, como la disolución de pleno derecho de la sociedad y el cese de administradores/liquidadores. Las escasas normas que la Ley Concursal dedica a esta fase especial han dado lugar a numerosos problemas prácticos que plantea su aplicación. Entre ellos, destaca especialmente el alcance del cese de administradores y liquidadores que impone el art. 145.3 LC como consecuencia de la apertura de la fase de liquidación concursal, obligando a diferenciar entre la interpretación literal del precepto y su interpretación lógica. Esta última obliga a conferir a la expresión cese un alcance limitado, desviando correctivamente la literalidad del precepto.
Pese a la abundante bibliografía en materia concursal, pocas obras han abordado el estudio de la liquidación concursal, fase especial que se abre en más del noventa por ciento de los procedimientos. La obra lleva a cabo el estudio global y sistemático de los efectos que produce sobre la sociedad de capital en concurso la apertura de la fase de liquidación, incluyendo los efectos generales de la declaración de concurso que resultan aplicables a esta fase especial. Dicho análisis se realiza diferenciando entre los efectos que se desencadenan frente a cualquier deudor, sea persona natural o jurídica, como la suspensión del ejercicio de las facultades de administrar y disponer sobre su patrimonio o la apertura de la sección de calificación, y los específicos de las sociedades mercantiles, como la disolución de pleno derecho de la sociedad y el cese de administradores/liquidadores. Las escasas normas que la Ley Concursal dedica a esta fase especial han dado lugar a numerosos problemas prácticos que plantea su aplicación. Entre ellos, destaca especialmente el alcance del cese de administradores y liquidadores que impone el art. 145.3 LC como consecuencia de la apertura de la fase de liquidación concursal, obligando a diferenciar entre la interpretación literal del precepto y su interpretación lógica. Esta última obliga a conferir a la expresión cese un alcance limitado, desviando correctivamente la literalidad del precepto.