París, 1885. Los exiliados de la Comuna ya vuelven a la capital, pero la insurrección de las clases proletarias y su violenta represión han dejado profundas huellas en la sociedad. Klervi, una joven bretona recién llegada a París, encuentra en Clara un apoyo y una mentora en aquella época convulsa. Tras las ediciones integrales de 'Los pasajeros del viento' (Astiberri, 2015) y 'La niña Bois-Caïman' (Astiberri, 2016), François Bourgeon inicia con 'La sangre de las cerezas', cuarenta años después del comienzo de su serie de culto, un tercer y último arco de dos tomos donde se cruzan el destino de dos mujeres en el corazón de un Montmartre ensangrentado. Para resituar la serie más popular del autor francés, conviene recordar que si en el primer arco ('Los pasajeros del viento'), la joven y rebelde Isabel de Marnaye embarcaba de incógnito en un buque de la Armada francesa en el siglo VXIII, con la trata de esclavos como telón de fondo, en el segundo arco ('La niña Bois-Caïman'), seguíamos los pasos de Zabo, la biznieta de la protagonista de la saga, en plena guerra de Secesión norteamericana. En este tercer arco que nos ocupa ('La sangre de las cerezas'), Zabo se hace llamar Clara y vive en París, donde la Comuna ha dividido la sociedad. Bourgeon asegura que quería hablar de la Comuna de París, que ya no se enseña en la escuela y de la que ya casi nadie sabe nada, cuando fue la peor masacre jamás perpetrada en París. El autor francés transformó en su momento el cómic de aventuras en un producto cultural adulto y cuidado, donde la figura femenina desempeña un papel imprescindible, como es el caso de los personajes de Zabo y de Isa. François Bourgeon, todo un clásico del cómic europeo, también es el autor de la saga 'El ciclo de Cyann', en colaboración con Claude Lacroix, y 'Los compañeros del crepúsculo' (Astiberri, 2015). La serie de 'Los pasajeros del viento' ha marcado a generaciones de lectores, ha sido traducida a 18 idiomas y lleva vendidos más de 5 millones de ejemplares.