En la Escritura se encuentran entrelazadas la profecía y la sabiduría. Mientras que algunos textos presentan el misterio de la fe en términos de elección y alianza, releyendo los acontecimientos a la luz de la Palabra, otros escrutan el orden de las cosas, describen un arte de vivir inspirado en la fe y remontan finalmente hasta la sabiduría eterna para comprender la realidad. Estas dos perspectivas también se hallan presentes en la historia de la teología cristiana. De hecho, la fuerza profética de la palabra de la fe ha retrocedido en ocasiones ante el ardor contemplativo de la sabiduría. Agustín, Tomás de Aquino y Dionisio se revelan aquí como auténticos maestros. Pero en una época en que el espacio-tiempo se manifiesta de manera renovada, y tanto el cosmos como las civilizaciones están marcados por rupturas, transformaciones y evoluciones, la cuestión de un sentido se impone. Resuena entonces una llamada a vivificar la inspiración profética de la teología, buscando comprender, con la fe y la inteligencia, el significado de la historia.