En los últimos años, la ciencia ha sido capaz de realizar considerables avances en relación con el funcionamiento de nuestro sistema olfativo, desde la percepción de las moléculas en la nariz hasta las imágenes mentales que se crean en el cerebro. Hoy se sabe que el sentido del olfato posee una fuerza inigualable y ayuda a conservar escenas emocionales con una claridad pasmosa. El olfato provee una gran cantidad de información sobre el sabor de los alimentos y sobre nuestro entorno, condiciona los gustos del consumidor y está relacionado con nuestra capacidad para ser creativos.