Con tan solo 24 años, Stephen Crane cambió el curso de la literatura bélica con su obra maestra La roja insignia del valor. Por primera vez, la guerra deja de ser un escenario romántico para convertirse en un infierno de fango, desesperación y miedo. La novela no tardó en convertirse en un best-seller que atrajo la atención de todo tipo de lectores, incluidos los más jóvenes. Crane conjuga con talento inigualable la descripción expresionista del campo de batalla con las dudas que siente el individuo hacia su valor en una situación extrema. Ambientada durante la Guerra Civil Americana, un joven se alista voluntario ingenuamente para defender unos ideales que irán siendo destruídos con el fragor de los cañonazos. Su capacidad narrativa y la agilidad de los diálogos sorprendieron a autores como Joseph Conrad, Henry James o H. G. Wells, aunque serían los narradores norteamericanos de la Generación Perdida (Hemigway, Dos Passos y Faulkner) quienes más se verían influidos por la prosa de Crane. Fallecido prematuramente a los 28 años, poco antes de morir acudió como corresponsal de prensa a la Guerra de Cuba, lo que le llevó a escribir Heridas bajo la lluvia, también publicada por Rey Lear en el número 1 de esta colección.