La selección española viaja a Brasil con la intención de alcanzar el bicampeonato mundial. Construir un equipo campeón e ir regenerándolo cada gran torneo que pasa es un trabajo arduo y al alcance solo de las mejores selecciones del mundo. Cuesta mucho ser el mejor y cuesta todavía más continuar siéndolo año tras año. España lo ha hecho desde que en 2008 diera el salto en la Eurocopa de Austria y Suiza. Aquel punto de partida fue la culminación a un buen trabajo de muchos años en categorías inferiores de La Roja, de clubes y de selecciones territoriales. Los Puyol, Capdevila o Marchena pasaron y en breve les tocará el turno a otros que lo han sido todo en la historia del fútbol español. Sin embargo, el cambio de ciclo parece esperanzador. La Roja en Brasil profundiza en el relevo generacional que se está produciendo en la selección de Del Bosque, cuyo exitoso embrión ya fue desgranado en La Roja. De niños a leyendas. A los sueños de los integrantes de una estupenda generación se les suma ahora los de gente como Azpilicueta, Koke, Thiago, Diego Costa… Más campeones a la vista. Más leyendas por venir.