Su publicación hizo hervir el ambiente intelectual de aquellos años. Leído hoy se advierte que entonces se plantearon cuestiones muy esenciales que siguen preocupándonos -y con frecuencia atormentándonos- en los tiempos actuales. Pocas veces se ha hecho una crítica más precisa a la "inteligencia" de la izquierda y se ha establecido con esa claridad lo dudoso de sus compromisos cuando, como escribió Adorno, "obedece con las formas de la rebelión". También se bucea con decisión en las raíces -¿Lenin?- del malestar que se respiraba en la cultura del campo socialista.