La revolución de 1868 y la I República constituye un intento de aproximación a las causas y al desarrollo histórico del llamado sexenio revolucionario. La revolución de septiembre fue una brusca sacudida en la historia del siglo XIX español, cuyos efectos se dejaron sentir ampliamente en toda la geografía del país al poner en primer plano las viejas cuestiones del anticentralismo y las exigencias campesinas. Periodo especialmente atractivo para los historiadores, su interpretación ha variado según los modelos y premisas ideológicas de cada autor. En la actualidad, recientes y valiosos trabajos permiten abordar este periodo desde una nueva perspectiva más científica y desapasionada. Si por un momento histórico pareció que en España se iba a producir una transformación profunda, se debía sobre todo a lo precario de las fuerzas que contenían el empuje de una sociedad en crecimiento. Pero, bajo la apariencia de una ruptura radical entre los periodos más largos y significativos de la vida española del siglo XIX -la época moderada y la Restauración-, se mantuvo esencialmente la continuidad de un proceso histórico que atravesó indemne este periodo revolucionario.