Tras la aprobación de la Constitución española de1978, un grupo de personas promovieron la reivindicación de los montes de Navarra que el Estado se había apropiado, exigiendo su devolución a través del apoyo de diferentes municipios y concejos. Se llevaron a cabo charlas informativas en todos los pueblos interesados, presentando el autor una moción en la Junta General de Baztan, ya en 1977, para involucrar al Gobierno de Navarra en la demanda, sin que fuera escuchada, colaborando con el municipio de Baztan en las legislaturas 1979-1987. Desde los planteamientos para pedir la devolución de los montes, hasta la forma de hacer el reparto, se dio una gran división, en la que tuvo protagonismo destacado el alcalde del valle, que no permitió que pudieran debatirse las alternativas diferentes a las de su grupo mayoritario. Junto a esta polémica, que afectaba a otros valles pirenaicos, el alcalde protagonizó otros dos hechos que se relatan en el libro, la participación en el pago del rescate de Adolfo Villoslada, recogida por toda la prensa, y la apropiación de un armario de piedra del siglo XVI, tras la remodelación llevada a cabo en el ayuntamiento. Hechos que no acarrearon ninguna consecuencia para su protagonista.