El siglo XXI se caracteriza por los profundos cambios, muchos de ellos tecnológicos y también sociales, cambios que traen consigo nuevas necesidades en los modelos profesionales, y que exigen nuevas respuestas por parte de todos. La profesión veterinaria, no ha sido ajena a estos cambios. Se puede afirmar que ha sido una de las disciplinas con necesidad de adaptación al entorno. La primera, más importante consecuencia, se ha producido en el nivel de exigencia en las actuaciones profesionales de los veterinarios. La sociedad moderna trae consigo una mayor consideración hacia los animales, a ello se han unido el concepto de tutela y responsabilidad que la especie humana se ha autoimpuesto. Ello ha generado un importante debate a distintos niveles (ético, moral, social, económico y científico) que ha dado lugar a novedosas áreas de análisis. En la actualidad la demanda de diligencia y eficiencia de este sector profesional ha adquirido niveles que no se habían conocido con anterioridad. Ello ha impulsado positivamente su desarrollo, observándose cambios en la formación científica y ética del veterinario. Sin embargo, no todo ha sido positivo para el veterinario, pues como consecuencia de ese aumento de las exigencias profesionales, también se ha producido un incremento de las reclamaciones por supuestos errores o negligencias derivados del ejercicio profesional. El aumento de las acciones reclamatorias se ha multiplicado en los últimos años, adquiriendo tal magnitud, que en la actualidad ha llegado a constituir una de las principales preocupaciones para el facultativo en su ejercicio cotidiano. El veterinario debe conocer cuáles son sus obligaciones legales, y debe adaptar su ejercicio profesional a dicha realidad. Pues bien, este libro se ocupa de poner al alcance del veterinario todas las herramientas para cumplir con la normativa ético legal, así como, ayuda técnica, para poder resolver situaciones reclamatorias que se pueden presentar en el ejercicio cotidiano de la profesión veterinaria.