En los últimos años ha aparecido en la realidad jurídica de España una nueva figura derivada de la incorporación a nuestro ordenamiento jurídico de la responsabilidad penal de la persona jurídica. La adopción por parte de las empresas de planes de prevención de riesgos penales tiene como consecuencia la necesidad de designar a un órgano, colegiado o unipersonal, responsable de la supervisión del sistema de compliance penal. Así nace la figura del compliance officer en el ámbito penal, la cual ha adquirido gran importancia en la actualidad. En esta obra se analizan con profundidad las distintas alternativas en sus funciones, la asunción de un deber de garante y su posible responsabilidad penal por omisión. Para su desarrollo se plantean distintas hipótesis y en función de las opciones propuestas, se ofrecen respuestas a las preguntas que se van formulando, en las que tras su aparente simpleza, se esconde uno de los retos actuales más apasionantes del Derecho penal y de su posterior aplicación práctica en el ámbito jurisprudencial.