La religión en la evolución humana es una obra de una ambición extraordinaria: una exploración amplia y matizada de nuestro pasado biológico para descubrir las formas de vida que los seres humanos imaginaron que merecía la pena vivir. Ofrece lo que se ve con frecuencia como una teoría prohibida del origen de la religión, al profundizar especialmente, pero no exclusivamente, en la evolución cultural. ¿Cómo nuestros primeros ancestros trascendieron las demandas cotidianas de la existencia para abrazar una realidad alternativa que cuestionaba el verdadero significado de su lucha diaria? Robert bellah,uno de los principales sociólogos de nuestro tiempo, identifica una escala de capacidades culturales, como la danza comunitaria, la narración de cuentos y la teorización, cuya aparición hizo posible este desarrollo religioso. Desplegando los últimos descubrimientos en biología, ciencia cognitiva y psicología evolutiva, traza la expansión de estas capacidades culturales desde el Paleolítico hasta la era axial (en torno al primer milenio a. de C.), cuando individuos y grupos en el Viejo Mundo desafiaban las normas y creencias de las sociedades de clase gobernadas por reyes y aristocracias. Estos profetas y renunciantes religiosos nunca lograron fundar sus utopías alternativas, pero dejaron un patrimonio de crítica que nunca se llegaría a apagar. El tratamiento de Bellah de las cuatro grandes civilizaciones de la era axial en el antiguo Israel, Grecia, China e India muestra que todas las religiones existentes, tanto proféticas como místicas, están enraizadas en la historia evolutiva.