El libro de Frazer debe su éxito a que ha hecho comprensible, para la mentalidad occidental, una amplia gama de usos y costumbres primitivas, descritas a su vez en un estilo que no es lejano del de la literatura. La rama dorada tiene raíces mágicas y poéticas, es mencionada por Virgilio en una de sus poesías y, posteriormente, el pintor inglés Turner pintó el paisaje del lago del bosque de Nemi, al cual tituló, siguiendo la leyenda narrada por Virgilio La rama dorada. Tras la belleza del lago, del cuadro de Turner y de la poesía de Virgilio, se esconde el primitivismo: en los alrededores del lago merodeaba, según las leyendas de la Antigüedad, un sacerdote del culto de Diana que, armado con una espada, mataba a quien se atreviera a penetrar en el bosque. Frazer inició la escritura de este libro para explicar y explicarse el porqué de esta leyenda, el resultado superó sus aspiraciones: no solo descubrió la trama oculta por la leyenda sino que, al mismo tiempo, delineó una teoría sobre las formas que fue adquiriendo el conocimiento.