La corona de Adviento tiene cuatro velas, que vamos prendiendo según se aproxima la Navidad
Al encenderlas recordamos que es tiempo de poner ante Dios las sombras que habitan nuestra vida: un proyecto incierto, un bache en nuestras relaciones, una enfermedad
Pero en el horizonte del Adviento siempre permanece la esperanza de una quinta vela, la única capaz de iluminar nuestra noche. Esta vela ha de alumbrarla Dios. El gran misterio del Adviento no es nuestro camino, sino el camino de Dios hacia nosotros, un Dios que viene, que está siempre viniendo a encontrarnos
En Adviento nos preparamos para reconocer la luz de esta quinta vela, que brillará en la noche de Navidad. Su claridad nos sorprenderá por su pequeñez. Estas meditaciones quieren ser un vademécum de la esperanza, ayudar a reconocer la luz de esta quinta vela y a mantener los ojos abiertos para recibirla. José Granados (Madrid, 1970), de los Discípulos de los Corazones de Jesús y María, se doctoró en la Universidad Gregoriana, donde obtuvo el premio Belarmino a la mejor tesis del año en Teología. Enseña en el Pontifical John Paul II Institute for Studies on Marriage and Family (Universidad Católica, Washington DC). Colabora en el apostolado hispano de la diócesis de Arlington (Virginia) y en la «Biblioteca de Patrística» de Ciudad Nueva.