En esta obra se analiza, desde el punto de la Diplomática, la institución notarial y los cambios que experimenta tras las reformas de los Reyes Católicos, tanto en las que afectan a la organización interna del grupo, las Ordenanzas de los escrivanos públicos del número dadas a la ciudad de Sevilla en 1492, como las que tratan de modificar su práctica documental, como la Pragmática de Alcalá de Henares de 1503, de general aplicación en la Corona. En este sentido, se trata de evidenciar una práctica profesional, la de la elaboración de los manuales, paralela a la Pragmática y que parece que no sólo se llevó a cabo en la ciudad de Sevilla. Estos manuales, como libros preparatorios de los protocolos, permitieron agilizar la praxis notarial, pero fueron prohibidos por el Poder, que veía en ellos una forma de saltarse las pautas establecidas por la Pragmática.