Fruto de varios años de experiencia comunitaria, este libro nos invita a la conversión de nuestra mirada y de nuestro corazón para conseguir que la comunidad humana sea el lugar en el que se manifieste el amor trinitario y la Presencia de Dios. A través de sus páginas, el autor nos recuerda la obligación que tenemos con los más pobres, sea cual sea su pobreza (económica, enfermedad física o psíquica, soledad, etc ?) ya estén en nuestra comunidad familiar, fraterna, religiosa o laboral, pues ellos son los preferidos de Jesús.ÍndiceExtracto del Índice: Tu hermano es sacramento de Dios El pobre es mi Señor Hasta los confines del mundo y del corazón. ¡Qué dulce es vivir como hermanos! Ocho señales de la acogida mutua: recibirnos como dones de Dios/ Descubrirnos como diamantes/ Acogernos como regalos/ Ponernos en sintonía/ Escucharnos como palabras vivas/ Escalar como si fuéramos en la misma cordada/ Curarnos como médicos/ Bendecirnos como niños. Ocho miradas proféticas que dan vida: las que detectan el corazón fuerte/ Las que descubren lo mejor/ Las que revelan bellezas ocultas/ Las que despiertan los dones/ Las que restituyen la belleza/ Las que ven la Presencia/ Las que perciben el porvenir/ Las que dan existencia. Perdonar,liberar, resucitar Respnsables d elos hermanos Servir en la verdad del amor. La confianza hace de tu hermano tu alegría Ocho miradas proféticas que dan vida. Perdonar, liberar, resucitar. Responsables de los hermanos. Servir en la verdad del amor. La confianza hace de tu hermano tu alegría.