Olimpia, una ilustradora de cuentos, visita a diario la tumba de su padre. Un día decide pintarla con un dibujo que le representa. Pronto decidirá un encargo para la tumba de la madre de Susana, una mujer con la que iniciará una gran amistad. En el cementerio conocerá las vidas, no solo de los yacentes, sino también y principalmente de los supervivientes.