Eclipsada por otras actividades —el comercio o la agricultura— la pesca ha ocupado y preocupado a muy pocos historiadores, a pesar de que esta actividad y todas las que se generaron en torno a ella propiciaron que muchas localidades castellanas —especialmente andaluzas— dispusieran de los recursos humanos, técnicos y económicos que les garantizaron su expansión por la costa africana. Este libro pretende ser una primera aproximación a los problemas y beneficios que obtuvieron aquellos que se dedicaron a faenar por las costas andaluzas, canarias y africanas, y a plantear cómo los intereses del Archipiélago en el vecino continente deben mucho a la iniciativa de pescadores y marineros que trabajaban en la costa africana.