Después de su viaje iniciático en el Cuento de Manolito, Manuel Martín Ibáñez (1944) atleta, pintor y ferroviario, el hombre de las tres mentiras, como le llamaban cariñosamente sus compañeros de trabajo, añade otra más, según él, al llamarse escritor. Para Martín, escribir La Perra Gorda ha supuesto un esfuerzo literario menor que el placer de contar las andanzas por la vida de un despistado como él y una insolvente como Atenas, su querida Perra Gorda. Caminando con Atenas y reconociéndose en las calles, el río, los árboles, las personas y los perros de su ciudad, Manolo desgrana las anécdotas que con humor y amor cualquier dueño de animal estaría encantado de contar.