De la ópera Rigoletto se puede disfrutar tanto de su lograda música, como de la calidad y el arte de las voces que interpretan su brillante parte cantada. Ahora bien, hay, además, otras facetas en esta ópera que suscitan interés, como por ejemplo, la historia y el entorno en los que se desarrolla su acción. Cabe tratar in extenso del bufón, un personaje en algunos casos no natural, sino "con licencia" de actuar, retratado por artistas palaciegos y falsamente adulado por su influencia cortesana, en estrecha relación con los "fools" de Shakespeare y hermano también de taimados personajes como Yago de Otello o Scarpia de Tosca. Es interesante conocer a fondo a un psicópata como es el duque de Mantua, pariente directo del sevillano Don Juan, del madrileño Tirso y del pucelano Zorrilla y por ende, del mozartiano Don Giovanni, con los que conforma una familia de individuos obsesionados con las conquistas amorosas. De Gilda, la hija del bufón, cabría la discusión de si, como una heroína verdiana, es una mujer madura y valiente o por el contrario, se trata de una meliflua enamoradiza. Se pretende, en esta obra, indagar no sólo a cerca de su ámbito vocal, musical o literario, sino también sobre el cultural y el artístico, haciendo hincapié en el aspecto psicológico del trío protagonista para su mayor comprensión.