El equipo de un programa de televisión dedicado a los fenómenos paranormales descubre que unos hechos anómalos, hasta entonces nunca registrados, se hacen realidad en la misma Barcelona desde la que emite. Al mismo tiempo la ciudad es azotada sísmicamente por la meteorología y por la repentina irrupción de personajes procedentes de otra Barcelona, que vienen a pedirles auxilio a los integrantes de La noche fenomenal, que así es como se llama el programa de este grupo de amigos. A lo largo de esta novela a ratos hilarante, a ratos melancólica y a ratos filosófica, el narrador presentará a cada miembro del equipo. Conoceremos, entre otros, al director, bon vivant y empeñado en salvar el programa de su desaparición; a De Diego, escéptico en todo menos en su fe en los animales inexistentes; al Jugador de Ajedrez, ardoroso activista, con su pipa apagada entre los dientes; a Paulina, conocedora de las civilizaciones desaparecidas, que prepara un monográfico sobre el templo más antiguo de la humanidad; a Ro, la guionista y coleccionista de casos de platillos volantes; a Hermosilla, editor de una revista esotérica y pusilánime para lo importante de la vida... Acompañan de peripecia en peripecia a este grupo de amigos una larga serie de personajes salidos de una Barcelona cómica y trágica, unas veces posiblemente real y otras no demasiado, como la madre del narrador, que tiene poderes telepáticos; el histórico editor y librero José Batlló; el escritor de novelas del oeste Carl Malone; el madrigalista del Clot, de quien se dice todo y no se sabe nada, y acaso la protagonista absoluta de esta historia, una frágil muchacha que se hace llamar Isis, por no llamarse Isabel. En ocasiones frente a ellos y en otras de su lado, un misterioso jubilado enganchado al rock andaluz, el señor Comajuán, guardará cada nueva frontera que crucen estos amigos. Todo empieza cuando un profesor de dibujo descubre que se ha convertido en Walt Disney... Esta es una novela de amistad y esoterismo, desenfrenada, llena de romanticismo, estrafalaria, trepidante, enloquecida, poética y muy barcelonesa. Un destilado de alta graduación literaria que confirma a Javier Pérez Andújar como una de las voces más sorprendentes, descacharrantes, mestizas y libres de nuestra literatura.