El 7 de noviembre de 1938 un joven judío, enfurecido por la expulsión de su familia de Alemania, entró en la embajada alemana en París y disparó cinco tiros contra un diplomático de poco rango. Tres días después, el diplomático había muerto y Alemania fue presa de una violencia antijudía hábilmente orquestada. A primeras horas del 10 de noviembre, estalló en las ciudades, pueblos y aldeas de todo el Tercer Reich una orgía de destrucción coordinada. Las consecuencias de aquella aterradora explosión fueron desastrosas para los acosados judíos de Alemania. La Kristallnacht, la Noche de los cristales rotos, fue testigo de la destrucción en una sola noche de más de un millar de sinagogas, del saqueo de decenas de miles de tiendas y hogares judíos y de la captura de más de 30.000 hombres judíos que fueron conducidos a campos de concentración. Marcó el comienzo de la erradicación sistemática de un pueblo cuyos orígenes en Alemania se remontaban hasta el tiempo de los romanos, y fue un siniestro anuncio del Holocausto que habría de venir a continuación. Ningún otro ataque contra los judíos durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial fue tan ampliamente publicitado por observadores contemporáneos. Partiendo de correspondencia personal con más de cincuenta testigos presenciales y de vívidos informes en la prensa y diplomáticos, el eminente historiador Martin Gilbert ha escrito una exposición meticulosamente documentada y absolutamente apasionante de una noche que, al marcar el tono de la terrible guerra que vendría a continuación, dio forma a la segunda mitad del siglo XX y sigue causándonos pesadillas setenta años después.