Vivimos en un mundo complejo, en el que prima como paradigma irrefutable que la guerra es la partera de la civilización Con este argumento la agresión ha sido aceptada como forma de dirimir litigios, tanto personales como entre las naciones. Quienes creemos en otras opciones para solucionar los conflictos, tenemos que proponer y fomentar nuevas actitudes y fórmulas de convivencia. Una sociedad civil sólida es fundamental para que prevalezca la búsqueda de alternativas pacíficas a los conflictos del siglo XXI.