Este relato en prosa es una pequeña joya de la literatura neohelénica. Con la creación de este personaje literario, caracterizado por su adoración por la belleza, la deificación del cuerpo y su afirmación de la vida, así como su caracterización ética, Palamás consigue encarnar el espíritu de Grecia y de su herencia clásica, el ideal sobre cuyas bases el país intenta resurgir y conformarse.