La leyenda de la Dama Azul es el resultado de una incongruencia y una paradoja. De una incongruencia porque en la vida de la monja soriana Sor María de Jesús de Ágreda, confidente de Felipe IV y autora de una de las obras teológicas más sorprendentes de su tiempo, no resultarían extraños los éxtasis místicos al estilo de Santa Teresa, pero sí pecan de sorprendentes las más de 500 bilocaciones que la llevaron a predicar en Texas y Nuevo México, lo que la convirtió en una misionera que jamás salió de su convento. Junto a esto se produce la paradoja de que una historia que fue utilizada por los franciscanos para promover la conquista sea hoy signo de una identidad que se reclama diferente. La Dama Azul ha cautivado a lectores de todas las épocas, como bella encrucijada donde la relación historia/ficción invita a indagar sus misterios.