Hubo un tiempo no muy lejano en el que se creía que correr una milla en menos de cuatro minutos estaba más allá de los límites del ser humano y, en el mundo del deporte, lograrlo se consideraba una gesta sin parangón. En 1952, tres hombres en tres continentes distintos —Europa, Australia y América— se empeñaron en conseguir lo imposible. La milla perfecta es un clásico de la literatura deportiva que captura todo el drama humano y el espíritu de competición de este acontecimiento legendario.