¿Cómo es posible que la hormiga, en solitario uno de los animales más torpes que existen, sea capaz de llevar a cabo tareas extraordinariamente complejas cuando actúa en grupo? ¿Una hormiga sola no es inteligente pero una colonia de hormigas sí? Las últimas investigaciones indican que eso es justo lo que ocurre. Cuando trabajan juntas, las hormigas se relacionan entre sí y con su entorno de tal modo que consiguen afrontar la incertidumbre de forma muy eficaz. Tanto, que a los humanos podrían enseñarnos mucho acerca de cómo organizarnos. A partir de la observación de las colonias de hormigas, Peter Miller nos muestra cómo es posible resolver los problemas de distribución de una gran empresa; de los enjambres de abejas aprenderemos que un grupo lo suficientemente grande y variado de personas dará con la respuesta correcta a una pregunta mejor que un grupo de expertos, y del funcionamiento de las termitas deduciremos que una multitud de pequeñas acciones pueden contribuir a crear algo útil, en la línea de los wikis. Todo ello deja vislumbrar un futuro en el que los humanos podremos desarrollar una ciencia de la colaboración que nos permitirá aprovechar lo mejor del trabajo en grupo y en la que internet desempeñará, sin duda alguna, un papel fundamental. «Lo que la ciencia acaba de demostrar ?que la razón no es la única fuente ni la más importante de conocimiento? muchos animales no humanos lo habían demostrado hace millones de años. ¿Cómo descartar el peso abrumador de la intuición y de los mecanismos de toma de decisiones distintos del nuestro?» EDUARDO PUNSET