Un emocionante viaje por la naturaleza salvaje en busca de la libertad. «Aquel era el momento de la jornada preferido de Rio. Un instante suspendido entre el día y la noche, entre la luz y la oscuridad. Incierto, indefinido. Un poco como se sentía él. Un aullido llegó prendido del viento. Rio reconoció el tono pesado y potente de Grigio que convocaba a la manada. La noche invitaba a una nueva cacería.» Uno de los momentos más intensos de mis viajes fue cuando miré a un lobo a los ojos. La fiereza salvaje de su mirada me embrujó. Pero también me inquietó reconocer en aquellos ojos un espíritu de libertad que nosotros humanos hemos perdido. Seguramente es esto lo que nos asusta de los lobos: en sus ojos vemos cómo éramos nosotros mismos hace tiempo. Y cómo ya no somos. GIUSEPPE FESTA