'La lógica de la libertad' reúne una serie de artículos en los que Michael Polanyi, en el agitado clima de posguerra, investiga la mejor manera de comprender la estructura fundamental de la libertad. A diferencia de la creencia común en la libertad como el derecho de los individuos a realizar acciones privadas o como la libertad política, por ejemplo, de votar, Polanyi la define como el ejercicio que contribuye a la formación o el mantenimiento de un orden social espontáneo y la denomina libertad 'pública'. Polanyi comienza con los órdenes que le resultan más fascinantes y esclarecedores de la libertad pública, que son los órdenes espontáneos intelectuales, en particular la ciencia. "Los científicos individuales -afirma- toman la iniciativa al elegir los problemas que van a estudiar y realizar sus investigaciones; el conjunto de todos los científicos controla a cada uno de los miembros de la comunidad al imponer los criterios para hacer ciencia; y, por último, las personas deciden mediante el debate público si aceptan o no a la ciencia como la verdadera explicación de la naturaleza. En cada etapa, opera una voluntad humana." De este modo la vida científica refleja la idea de que la libertad es una forma eficiente de organización. Ya en la segunda parte de la obra, Polanyi orienta su reflexión al orden social en general para manifestar la superioridad de las sociedades policéntricas con sistemas de orden espontáneo por sobre las sociedades monocéntricas sujetas a sistemas de planificación centralizada. Contra la idea de que todo orden social es o debe ser planificado y preocupado por la amenaza de los totalitarismos, Polanyi afirma que la libertad pública sienta las bases de una sociedad libre en la que es posible alcanzar cierto grado de eficacia social. Tanto por su crítica a una concepción puramente instrumental de la ciencia y la consecuente defensa de la libre elección del investigador teórico, como por la aplicación del policentrismo al ámbito jurídico y al funcionamiento social en general, el pensamiento de Michael Polanyi ha tenido y sigue teniendo repercusiones inesperadas, cuyos ecos se escuchan en las principales discusiones contemporáneas sobre la siempre compleja relación entre orden social y libertad.