A partir de los años sesenta, la buena conciencia de la comunidad científica ha entrado en crisis, llevando a sus miembros a interrogarse sobre la naturaleza y finalidad de su trabajo: las relaciones entre investigación científica y tecnología militar, entre ciencia social y sistemas de poder, ¿son puramente casuales? Se trata de saber en qué medida la ciencia es neutral. O a favor de quién es neutral. A partir de un paralelismo con la teoría de las revoluciones científicas desarrollada por T. S. Kuhn, el autor nos presenta la necesidad de una transformación radical de la sociedad, de un cambio entendido como “cambio de paradigma”. La superación de una forma de vida basada en la explotación, la falta de libertad, la miseria de la mayoría, la agresividad y el despilfarro aparece como una condición imprescindible para la supervivencia del género humano, atrapado entre la amenaza de la guerra o del desastre ecológico y la realidad presente de una sociedad irracional. Para conseguir una sociedad liberada -un mundo bello- necesitaremos también una ciencia nueva, orientada por valores más humanos. Pues ciencia y sociedad no son dos realidades separadas. Brian Easlea es doctor en física matemática, y en la actualidad es profesor de historia y estudios sociales de la ciencia en la Universidad de Sussex, en Gran Bretaña.