La cuestión de la OTAN fue la «última batalla» del antifranquismo y uno de los principales ajustes ideológicos del PSOE. La demanda de un referéndum permitió a los socialistas aglutinar el voto de la izquierda en 1982, pero tensó a la sociedad española y retrasó la adquisición de una cultura internacional, cuando el objetivo principal era la incorporación a Europa.