La isla de oro es una celebración de la Mallorca intemporal de rocas, azules, pinares y espumas, una espléndida novela lírica con la que Mario Verdaguer inició en 1926 su etapa de madurez creadora evocando la tierra de su infancia y juventud. Con ella tributó el escritor un homenaje inmenso y melancólico a la isla en el que caben la Mallorca rural y la urbana, la real y la soñada, un homenaje que oscila entre los lugareños aferrados a sus tradiciones y los forasteros extravagantes y bohemios. El joven narrador recuerda su mundo de ayer, en el que aprendió a vivir de renuncias y contemplación, pero también en el que conoció el hedonismo, la belleza y los aceros de la inteligencia.