En la actualidad Derecho y Medicina constituyen campos de un profundo interés social que, en el caso de la actividad medica, justifica la ruptura de la no intervención que mantenía el Derecho en ese ámbito tanto por cuestiones sociales como supuestamente técnicas. Los principios de autonomía y libertad personal y los derechos humanos que se derivan de ellos,que conllevan la negación del tradicional paternalismo medico, permiten la entrada del Derecho en un terreno tradicionalmente objeto de autorregulación. Pelayo propone como clave del sistema de intervención la institución del consentimiento informado como el derecho del paciente a consentir y la obligación del médico a informar de los riesgos y consecuencias de la intervención.