Para que las instituciones de educación superior puedan competir en el mercado global de nuestros días, deberán adoptar un enfoque diferente que valore las aportaciones que, a la comunidad de aprendizaje, hace el número cada vez mayor de estudiantes internacionales. El libro reúne, analiza y propone el pensamiento actual sobre la internacionalización de la educación superior, examinando hasta qué punto las buenas prácticas que se están llevando a cabo, orientadas a los estudiantes internacionales, lo son también para todos los estudiantes. Cuestiona la idea de que el estudiante internacional es un estudiante problemático, y propone situarle en el centro de la universidad como una fuente de capital cultural y de diversidad internacional, que enriquece la experiencia de aprendizaje, mejora la experiencia del profesorado y construye una comunidad de aprendizaje más fuerte. Con ejemplos reales de universidades del Reino Unido y de otros países, este libro presenta el pensamiento académico acerca de cuestiones clave relativas a la implementación de una estrategia transcultural. Aborda temas como las perspectivas institucionales, organizativas y éticas de la internacionalización; cuestiones sobra la mejora de la calidad de la enseñanza, la evaluación del aprendizaje, la empleabilidad, o el modo de internacionalizar el currículo. Este práctico volumen, ilustrado con Estudios de Casos de EE.UU., Europa, Canadá, Australia y sudoeste de Asia, constituye una lectura obligada para todas las personas que quieran ampliar sus enfoques del aprendizaje y la enseñanza, en el entorno de la educación superior y de la postsecundaria, para asumir el imperativo global actual de la educación.